Oct 3, 2022
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La historia de E.T. The Extraterrestrial, el peor juego de la historia

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E.T. The Extraterrestrial, para el Atari 2600. ¿Pero es justificada esta reputación? ¿Por qué se […]

E.T. The Extraterrestrial, para el Atari 2600. ¿Pero es justificada esta reputación? ¿Por qué se le atribuye a este juego el colapso de la industria de los juegos de video de 1983? ¿De verdad fue tan malo que tuvieron que ocultarlo en el desierto, como si fueran desechos nucleares? Vamos a conocer la verdadera historia de este juego y descubrir el porqué de su tragedia.

El año era 1982, una de las épocas de gloria del cine y, en específico, de los blockbusters de verano. E.T. The Extraterrestrial, para muchos, la obra más importante en la carrera de director Steven Spielberg, y estampa indeleble en la cultura pop, se estrenó en cines, con una respuesta avasalladora. Los principios de los 80 llevaba arrastrando consigo también el impacto en la cultura pop de otra industria de rápido ascenso, los juegos de video. Los jóvenes abarrotaban las salas de arcade y los más pudientes llevaban su experiencia a casa a través de las primeras consolas de videojuegos. La empresa más importante en ese entonces no era Nintendo, ni de lejos, sino Atari, los reyes indiscutibles del gaming. Atari, había sido la responsable del legendario Pong, una década atrás, así como de Asteroids y, con su Atari 2600, había llevado el éxito de los gabinetes de arcade a los hogares de millones. Atari también había tenido éxito con la adaptación a juego de video de Raiders of the Lost Ark, juego que había superado la cifra de un millón de unidades, por lo que, cuando E.T. llegó a los cines, el paso lógico era que también lo hiciera en las consolas.

Gracias al éxito rotundo de E.T. en las salas de cine, Atari tenía la urgencia de sacar un juego de video basado en la película, para asegurar ganancias millonarias y surfear la ola del éxito de Spielberg. Atari llamó a uno de sus mejores diseñadores, Howard Scott Warshaw, quien también había sido el responsable de crear Raiders of the Lost Ark, para el desarrollo de E.T. The Extraterrestrial, para el Atari 2600. ¿El problema? La orden vino en julio y el juego debía ser lanzado en septiembre, por lo que Warshaw sólo tenía cerca de cinco semanas y media para crear un juego desde 0, y lo hizo.

Pese a la dificultad de la tarea, Warshaw se dedicó tiempo completo a crear un juego de puzles que tuviera como inspiración la película. El juego llegó a los anaqueles a tiempo y, en sus primeros días de venta, tuvo el éxito esperado. Sin embargo, los problemas empezaron a llegar en las semanas siguientes. Las tiendas se quejaban de que el juego ya no se estaba vendiendo igual de bien y, después de un tiempo, en lo absoluto. Clientes insatisfechos buscaban su dinero de vuelta y la crítica despedazaba el juego. Eran varias las razones. El título no tenía la música original, la jugabilidad era complicada y confusa, y existían bugs que hacían imposible continuar jugando. Esa clase de errores son comunes y se esperan en todo desarrollo, pero, con apenas 5 semanas, no hubo tiempo para revisar, probar y corregir el código, por lo que el juego salió, así como se compiló.

Otro problema es que el juego resultaba muy difícil para los niños, quienes no entendían que tenían que hacer para vencer o cuál era el objetivo. Claro que este supuesto error de diseño era fácilmente remediable, si tan solo la gente hubiera leído el manual del juego, que explicaba de manera detallada qué se tenía que hacer y cómo jugar. Claro que pedirle a un niño que lea un manual, para poder jugar, es, en sí mismo, un error de parte de un diseñador de juegos. Pero eso es un tema a parte.

Debido al fracaso monumental que fue E.T. The Extraterrestrial, Atari hizo lo lógico y, en vez de disculparse, enterró su cabeza bajo la tierra. Casi literalmente. Se corrió el rumor de que Atari había recolectado de tiendas y de sus bodegas todos los sobrantes de E.T., con cerca de tres millones y medio de copias no vendidas en total. Y, después, procedió a la mitad del desierto de Nuevo México, para enterrar los juegos en la arena, como si se trataran de desechos radioactivos, para evitar la vergüenza.

Pero el daño ya estaba hecho y la empresa sufrió una de sus mayores crisis, por lo que tuvo que reestructurarse. De 10 mil empleados, pasaron a tener sólo 2 mil y se convirtió en la burla de toda la industria. Claro que eso no era todo. La debacle de ET dejó ver uno de los peores vicios de la industria de manifiesto; la gente estaba harta y los inversionistas dejaron de creer, por lo que, en 1983, se dio el infame evento conocido actualmente como el quiebre del mercado de los videojuegos. La burbuja se reventó y ya nadie quería saber nada de los juegos de video en Estados Unidos, ni por error. No sería sino hasta el lanzamiento en Norteamérica del Nintendo Entertainment System, en 1986, que la industria resucitaría. Curiosamente, fue justo en 1983 que esta consola, el Famicom, como se conocía en Japón, fue lanzada en el país del sol naciente.

Muchos quisieron buscar responsables y encontraron en ET la explicación perfecta, el chivo expiatorio del desplome del mercado de juegos de video. Era obvio lo que había sucedido, pero, al intentar encontrar un culpable fácilmente identificable, ET se llevó toda la culpa, y el nombre de su creador pasó a casi impronunciable.

La leyenda de ET, el peor juego de la historia había nacido, y durante tres décadas, los rumores de los juegos enterrados, ocultos en las arenas del tiempo, hacían más grande la historia. No fue sino hasta 2014 que historiadores de videojuegos y creadores del documental Atari: Game Over, fueron directamente al sitio de la leyenda y buscaron los juegos de video con excavadoras, un equipo de arqueólogos, y miembros de la prensa y nerds en general. Todos los medios relevantes en el gaming se conglomeraron y hasta personalidades como el autor del libro Ready Player One y el mismísimo Warshaw asistieron a ver si la leyenda era cierta. Después de dos días de excavación, se encontró lo que nadie esperaba ver, pero todos ansiaban hallar: una copia intacta de ET para el Atari 2600. El propio Warshaw estaba sorprendido, pues no creía que una empresa como Atari fuera capaz de llevar a cabo semejante barbaridad. Incluso la alcaldesa de Alamogordo en ese entonces estuvo presente ese día y habló de cómo una práctica así, además de vergonzosa, era ilegal, pues constituía fraude fiscal. El desierto de Nuevo México se llenó de emoción y, pronto, una copia se volvió una docena y, al final de la expedición, más de 730 mil cartuchos de Atari habían sido desenterrados; de éstos, cerca del 10% eran copias no vendidas de ET The Extraterrestrial. ¿Pero qué fue entonces de las supuestas tres millones y medio de copias sin vender? ¿Hay otros vertederos en los que Atari quiso esconder su pecado más grande? Nadie lo sabe con certeza.

En cuanto al juego en sí mismo, existen canales en YouTube dedicados a mostrar gameplays, para que la gente pueda conocerlo de primera mano y, salvo los bugs y errores que rompen el juego bajo ciertas condiciones, la mayoría afirma que el juego, una vez que leíste el manual y sabes qué hacer, no es tan malo como lo hicieron creer. De hecho, muchos creadores de contenido son rápidos al apuntar a peores candidatos al peor juego de la historia, como el notoriamente malo Superman 64. Así termina uno de los capítulos más complicados de la historia de los videojuegos, uno que casi se lleva la industria entre las patas y que, de no ser por Nintendo, quizás habría tenido un desenlace muy distinto al que conocemos actualmente.

fuente:  https://www.clarosports.com/

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Curiosidades

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